Erdogan llamó a los turcos residentes en el exterior a votar el referéndum. Foto: EFE
Lo
que resta de abril son días claves para el futuro de Turquía y
Francia: los ciudadanos del país musulmán que preside Recep Tayyip
Erdogan, presidente del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP),
desde el 2002 votarán el 16 de abril a favor o en contra de el
referéndum que podría cambiar el sistema de gobierno parlamentario
a presidencialista, eliminando el papel del primer ministro, hoy
ocupado por Binali Yildirim, y otorgarle la potestad al propio
Erdogan de tomar las decisiones por encima de los demás poderes del
Estado. Las encuestas son parejas, aunque para la oposición el NO es
el que va a la cabeza. Es cierto también que en sus discursos, desde
el intento por parte de algunas facciones de las Fuerzas Armadas de
Turquía, de golpe de Estado en el mes de julio de 2016, Erdogan ha
optado por utilizar la retórica del nacionalismo contra la Unión
Europea y Occidente para fervorizar los sentimientos de la gente que
lo apoya, y quiénes también no, obteniendo resultados positivos. El
Gobierno turco también afronta una lucha contra la población kurda
dentro y fuera de sus territorios debido a la coyuntura entre las
facciones religiosas y la acusación del intento de golpe de estado. Esto acrecienta un recelo notorio que asciende en el discurso del mandatario.
Turquía se encuentra en Estado de Emergencia desde mediados de julio
de 2016 y tiene un gran número de presos políticos desde el hecho:
periodistas, escritores o integrantes de la misma oposición kurda.
La votación se da en un contexto de emergencia nacional e
internacional, con el gobierno turco enfrentado con varios países
europeos, y contra la misma oposición que tuvo su campo de batalla
en el parlamento ante la aprobación del referéndum constitucional.
Ambos candidatos llevan la delantera por encima de los demás. Foto: Getty
Por
su parte, el país galo tiene por delante, el 23 de abril, las
elecciones presidenciales que tienen a Marine Le Pen y Emmanuel Macron
como grandes protagonistas debido a la decepción de los ciudadanos por
los partidos tradicionales, la división de la izquierda por el
colapso del Partido Socialista y los escándalos de corrupción
recientes que involucran al candidato François
Fillon.
La mujer de la ultraderecha por el Frente Nacional apuesta al gran
cambio en las políticas extranjeras al mejor estilo Donald Trump reforzando las fronteras para evitar el ingreso de personas no
deseadas, en consecuencia de la gran ola de ataques de lobos
solitarios que se están dando en toda Europa. Le Pen despertó
muchas críticas por parte de los intelectuales del país debido a sus
discursos xenófobos y la fobia hacia la Unión Europea imponiendo su
política conservadora de proteccionismo económico. Mientras que el
candidato socioliberal, más moderado y que no cuenta con apoyo de un
partido, apuesta a enfrentar los populismos de Occidente y comenzar una
nueva democracia basada en el recupero económico con la Unión
Europea como gran protagonista. Macron cuenta con una gran visión
neoliberal de la economía y una amplia política social, destinada a
todos los sectores de la sociedad francesa. Ambos saben que falta
poco para los comicios y sólo uno será quien ocupe el lugar en el
Elíseo. El duelo es parejo y la verdadera batalla se dará en
la segunda vuelta, el 7 de mayo, cuando, según las encuestas, se de
el enfrentamiento cara a cara entre los dos candidatos para
reemplazar a François
Hollande y
dar fin a la gran ola de corrupción que estas elecciones desataron
en toda Francia.
Ambas
repúblicas ubicadas en la esfera internacional que comparten el gran
desafío de un nuevo desarrollo político también atienden a los hechos que
ocurren en Siria apoyando a los rebeldes locales contra el Estado
Islámico (ISIS por sus siglas en inglés). Turquía lleva adelante
desde agosto de 2016 lo que llamó el "Escudo de Éufrates"
(u Ofensiva de Yarábulus) para expulsar a el EI de la ciudad. Esta
ofensiva también le permitió enfrentar a las milicias kurdas sirias
con quien tiene una gran rivalidad para evitar la creación de un estado kurdo. Francia, apoyada en la coalición
internacional, liderada por Estados Unidos, brinda apoyo también
a los rebeldes sirios dentro del territorio, y llevan la gran ofensiva
Occidental contra los yihadistas liderados por Abu Bakr al Baghdadi,
quienes al día de hoy se encuentran debilitados en cuanto a
provisiones y armamentos en su propio territorio, después de que
fueran expulsados en su mayoría de la ciudad irakí de Mosul, donde proclamaron el califato en 2014.
Comentarios
Publicar un comentario