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Ezequiel Kopel: "La gente está más dispuesta a consumir ideas cortas e ideas rápidas"

Ezequel Kopel
Foto: Gentileza Ezequiel Kopel

El bar fue Mistica, en el barrio porteño de San Cristóbal. Allí, al ingresar, al lado de la barra, roja, de madera se puede ver un estante donde posan los diarios del día. Es media tarde, hay poca gente: un grupo de hombres que parecen sexagenarios discuten a cuentagotas de sus tragos. La luz entra por una ventana lateral que da a la calle Pichincha y las paredes, amarillas y sobrepasadas de años, con sus azulejos hablan del desgaste del tiempo. Una publicidad antigua de Coca-Cola lo hace ver más clásico aún. Una mesa a final del pasillo, contra la pared, espera vacía y nosotros nos cansamos de estar parados, o al menos yo. Ezequiel es un tipo flaco, de estatura media, de rasgos curiosos, y viste una camisa amarilla cubierta por una campera de cuero negra.

Ezequiel Kopel nació el 28 de octubre de 1980. Es periodista y fotógrafo. En su paso por Medio Oriente ha trabajado en diversos medios y empresas: Prima Bet, Time Out, Agencia Flash 90, +972 Magazine, Khaleej Times, Tayush Arab-Jewish Partnership, Egypt Independent, Daily Star, Agencia Penta Press y hasta en Dori Media, encargada de exportar series de Cris Morena y Pol-Ka a la región. También ha trabajado de columnista en la Agencia Paco Urondo, de escritor colaborador en la Revista Crisis, de productor periodístico y como corresponsal, colaborador en otros medios como La Nación+ o Panamá Revista, donde publica actualmente. Y me asegura entre risas que su curriculum es aún más extenso. Sus estudios van desde Producción de cine y video, periodismo, y fotografía periodística y documental en la Universidad de Tel Aviv. Además, y no menos relevante escribió el libro "La disputa por el control de Medio Oriente".

Pide una soda de sifón y se sirve en un vaso. Acto seguido, con un gesto, un largo trago deja lo deja por la mitad.


¿Porqué elegiste ser periodista?

Elegí ser periodista porque consideré un momento que era un lugar donde podía manifestar toda mi curiosidad. Tampoco sabía como manifestar un montón de cosas que quería saber o estudiar y pensé que el periodismo las abarcaba todas. Al día de hoy no sé si fue correcta la percepción.

¿Ser periodista fue como vos te lo esperabas?

Cuando yo empecé a estudiar periodismo en el año 2000 la profesión ya estaba mal pero no estaba en la crisis que está hoy. Internet recién empezaba, se ofrecían menos notas gratis porque había menos llegada. Tenías que contactarte con un editor, no era sólo mandar un mail. Estabas más en contacto general, o de cara a cara. Es decir, no era como yo lo esperaba porque cuando estudié periodismo el medio era un poco diferente. Al día de hoy creo que el periodismo está peor de lo que yo creía que iba a estar 15 años después.

¿Cuál es el principal obstáculo que tenés en tu trabajo como periodista?

El estado de los medios. Yo creo que mejoré mi forma de hacer periodismo, aprendí muchas cosas, me tropecé muchas veces, cometí muchísimos errores, pequé de soberbio en algún momento y pequé de inocente en otros. Creo que en este momento estoy más preparado, tengo más experiencia. Me puse más a tono con la media mundial, no en la calidad de los periodistas, sino los medios donde uno pueda manifestarse, donde uno pueda hacer un trabajo de investigación de dos o tres semanas. Los medios ya no están tan dispuestos a aceptar eso, o a comprarlo, o a la gente ya no le interesa tanto eso. Hay mucho menos notas largas. La gente lee menos en papel, lee más en internet. No voy a echarle a culpa al medio pero creo que cuando estuve más preparado, el medio estaba retrocediendo y para la gente que recién empieza el medio en retroceso tampoco ayuda. Pero el mayor problema que tuve fue el exceso de confianza. Lo que escribía: pensar que un dato no lo tenía que chequear dos o tres veces.

Viviste 10 años en la región de Medio Oriente. ¿Cómo se dió esa idea de viajar?

Es medio cuentito: yo de chiquito estudiaba francés y mi tía había ido a Francia y me trajo la "Descripción de Egipto" de Napoleón: es un libro arqueológico que fundó la egiptología. Cuando Napoleón invadió Egipto llevó un grupo de arqueólogos. Yo quedé alucinado de la mirada orientalista del asunto. Me acuerdo que le dije a mi tía que si yo aprobaba el secundario sin llevarme una materia me tenía que llevar a Egipto, ella se comprometió. Yo me lleve una materia y no lo cumplió. Siempre me gustó la política internacional, especialmente la política de Medio Oriente, por eso.

¿Por Egipto?

Empecé por Egipto y después me empezó a interesar todo. En el 2000 cuando estalla la segunda intifada me volví súper ávido de cualquier información sobre eso. No paraba de leer sobre la segunda intifada, sobre Israel. Es más, cambié mucho mis opiniones respecto al conflicto y siempre pensaba "tengo que ir". Terminó en que me fui a mediados de 2002 en el momento más problemático de la segunda intifada.

Tu especialidad es la política internacional, pero tu fuerte es el Medio Oriente. ¿Crees que hay una desinformación al rededor de todo lo que ocurre en la región?

Al mundo siempre le importó Medio Oriente. Si lo vemos desde las cruzadas ya le importaba a Occidente. Para mí es el lugar donde nace todo. El comienzo de la inmigración (israelí) nace ahí. Medio Oriente es un lugar donde todos llegan con una agenda predeterminada antes: soy pro Israel, estoy en contra de Israel, estoy a favor de Irán, etc. Todo el mundo llega con esa agenda, porque los bandos están muy claros frente a Europa: Francia es bueno o es malo, Inglaterra es bueno o es malo. Acá están más claros los buenos y los malos, no en cuanto a la verdad, sino en cuanto a las percepciones: está más claro quien es "bueno bueno" y quien es "malo malo". Por ejemplo en las clases que doy sobre el tema yo se que casi todos llegan con una idea predeterminada y muchas veces me ha discutido gente que le molesta que le cuestione su idea, porque nadie quiere que le cuestionen la idea. Entonces, creo que Medio Oriente despierta pasiones, como siempre despertó en la humanidad y también a veces las pasiones despiertan desinformaciones. Porque también cuando uno es muy pasional sobre algo es muy difícil que se pueda criticar eso mismo.

Medio Oriente es un lugar donde todos llegan con una agenda predeterminada antes: soy pro Israel, estoy en contra de Israel, estoy a favor de Irán, etc.


En la actualidad, con ISIS, el terrorismo y los ataques de los lobos solitarios. ¿En esas cuestiones también hay desinformación?

La gente está más dispuesta a consumir ideas cortas e ideas rápidas. Vi hasta el cansancio que ISIS reivindica cualquier atentado en el mundo. Lo vi en C5N, en el Trece, en el programa de Pettinato, dicho por un periodista internacional: "hubo un atentado en España y yo estaba esperando que lo reivindique ISIS, aunque no lo haya hecho ISIS que lo reivindique igual". No solamente es una mentira, es una falacia. Y no necesita desarrollarlo porque la gente está dispuesta a consumir ideas cortas. A que sea poco enunciado y a no dar ninguna base para justificar eso: entonces yo puedo decir cualquier cosa. También escuché a un representante de un grupo a favor de la paz diciendo que era obvio que ISIS estaba armado por las potencias mundiales porque tenían aviones. Eso no solo habla de una persona desinformada, habla de una ignorancia total porque ISIS nunca ha tenido fuerza aérea. Entonces yo lo puedo tirar porque la gente está dispuesta a agarrar esa línea y ya está.

¿Qué papel juegan las redes sociales en el rol de la comunicación?

Hay mucho periodismo de lectura. Conozco gente que escribe muy bien, en medios que yo respeto, y sobre temas que yo sé que nunca los ha visto cara a cara. Y está muy bien informado, sabe que leer o copiar, pero cometen algunos errores porque es que le faltan contactos en el terreno, de haber estado. De haber hecho relaciones en el periodismo que te pueden chequear datos. Y está el que no las tiene. Hay cosas que son más rápidas, está buena la comunicación más rápida, pero también al ser más rápido se piensa menos y también hay mucho periodismo de lectura y poco de campo.

¿Pero estás a favor de las redes sociales?

Yo estoy a favor de todo lo que ayude a informar. No podría estar en contra porque viene, vino y ya pasó. No se puede estar en contra porque quedas afuera. Lo que está haciendo es que pensemos todo demasiado rápido, que haya que dar una idea rápida y corta en 140 caracteres. Yo estoy en Twitter y pongo noticias pero hay momentos que estoy agotado y desaparezco una semana porque me doy cuenta de que quiero leer. Me gusta informar porque me gusta ver las noticias del día pero hay momentos que no quiero correr. Pero no puedo no usarlo, no puedo estar afuera del Twitter: lo uso para colgar mis notas, para colgar los cursos.


Twitter es un lugar donde la gente que nunca escribió una línea le exige cosas a la gente que escribió libros


Casi al final de la entrevista frena, se sirve más soda y toma otro trago largo. Parafrasea una frase que recuerda y le fue mencionada:

"Twitter es un lugar donde la gente que nunca escribió una línea le exige cosas a la gente que escribió libros". Estamos en un momento que todo es debatible. Las redes le han dado voz a todo el mundo. Yo no estoy en contra de la polinización de la voz pero hay mucha gente que no tiene nada que decir. Mucha gente piensa que como tiene el medio, antes no lo tenia y ahora sí, lo hace. Entonces se enfrasca en eso.

¿Cómo consideras el periodismo en Argentina en comparación de los países para los que trabajaste?

Acá lo que noto es que no hay medios. Yo cuando estuve en Israel también estaban cerrando medios pero allá eran 5 millones de personas, acá 40. Acá se necesitan más contactos que afuera si uno hace un producto de excelencia. Somos bastante contacteros. Afuera si haces un trabajo de calidad tarde o temprano llega, acá cuesta más pero no es imposible. Puede ser que esté más precarizado el laburo.

Hoy los periodistas más conocidos son los que salen en la tele. El diario ya no se lee tanto y escriben aquellos más importantes. La media de lectores es arriba de los 40 0 50.

La gente no queire algo largo, está en otro momento.


Como nadie sabe que va a hacer Trump, nadie sabe que va a pasar con el periodismo.


¿En Israel también es así?

El israelí es ávido de la información. Todas los días se sienta a ver el noticiero de las ocho. Pero en el mundo está cambiando. Hay otra cosa que está mutando que es el periodismo pago digital. Va en ese camino, con la diferencia que afuera uno está dispuesto a pagar por una nota del Haaretz o el NY Times, pero no pagaría nunca por Clarín. Va en ese camino, es un momento de transición que no sabe a donde va a ir. Como nadie sabe que va a hacer Trump, nadie sabe que va a pasar con el periodismo.

Escribiste un libro sobre Medio Oriente: "La disputa por el control de MedioOriente". ¿Cómo surgió la idea?

Hace mucho tenía ganas de escribir un libro. El libro lo venía pensando hace mucho tiempo. Me contactó por las notas que yo escribía un editor de una editorial universitaria de acá de Argentina que también editó uno sobre el cristianismo, y sobre diferentes temas. Yo le dí la idea de que trate: quiero hacer una historia sobre el mapa de Medio Oriente de los últimos 100 años. Que cuando uno lo lea tenga una idea de lo que pasa en Medio Oriente y pueda salir a opinar y estar informado porque creo que faltaba eso. No quería algo grande, aburrido, quería algo simple. Por eso el libro lo hice de 350 páginas y lo achiqué a 170, porque siempre escuché que Medio oriente es complicado. Para mí no es tan complicado. Hay muchos actores, muchos protagonistas, muchos problemas, muchos hechos, pero no me parece tan complicado. Los hechos se cuentan desordenados pero si uno los puede ordenar cronológicamente se puede entender un poco. Eso es lo que busqué.

¿Recomendás tu libro?

Sí, por supuesto. Hay que empezar con ese libro y después si a alguno le interesa un tema va y se específica en ese tema, pero de algo hay que empezar (ríe).



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